En tres artículos publicados por El Universal el 17/12/2012 (Infografía sobre los resultados, Oposicion cedió poder en 4 estados, La verdadera oposición), los lectores hicieron los siguientes comentarios (desde la 1 am, hasta las 5 pm.)
En los comentarios a estos tres artículos puede palparse, por una parte la decepción hacia el resto de los venezolanos. Se considera que producto de la abstención, el gobierno obtuvo las gobernaciones
Nueva Esparta, Zulia, Carabobo, Tachira y Monagas. Se estima que la gente prefirió vacacionar o que otros les hicieran la tarea. Por otro lado, se acusa quienes eligieron a los gobernadores pro-gobierno central de ignorantes, comprados (o vendidos, según el caso).
Se observa igualmente desgano, miedo al comunismo, a que continúe la regaladera de dinero, y en general, lo que consideran como un caos generalizados. Llama la atención sin embargo, que el tercer artículo, escrito en un tono radical, que llama a olvidarse de la vía electoral y cuestiona sutilmente a la dirigencia opositora, tiene poco eco. En general, la gente rechaza la posición del autor del artículo.
A pesar de las afirmaciones iniciales, si revisamos detalladamente los resultados, incluso de uno de los primeros boletines del CNE (1.15.42 am. 17/12/2012) la gente participó ampliamente en los estados en los que las gobernaciones estaban en manos de la oposición. Más bien, en aquellos estados en los que los gobernadores electos obtuvieron una puntuación mayor al 65%, la participación electoral fue baja. No así en donde la participación fue alta.
La correlación entre porcentaje de participación y porcentaje de votos obtenidos por el ganador es de -45%. Es decir, hay una asociación moderada a baja indirecta entre participación y votos obtenidos: a mayor participación, menor votación para el candidato ganador.
Nótese el porcentaje de participación en las elecciones en los estados en los que gobernaba la oposición |
La división no pareciera ser tampoco la causa de la derrota en gobernaciones como Monagas y Táchira. Allí, sumando los votos de todos los candidatos distintos al ganador, no se obtiene, al menos en este boletín revisado, una sumatoria superior a la del ganador.
En conclusión, si estas tendencias se mantiene en el boletin final, insistir en la abstención, como causante de la derrota, o incluso en el escamoteo de votos, no deja de ser políticamente fácil, pero poco apegado a los datos.
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