sábado, 27 de octubre de 2012

Socialismo. Antecedentes. Utopia-Thomas More

El programa que implantan los gobiernos socialistas o comunistas tienen una serie de antecedentes en algunas obras y escritos. En esta oportunidad veremos Utopia de Thomas More. Esta obra influye en otra, el Còdigo de la Naturaleza, que serìa la base para la Convención, durante la Revolución Francesa, y para el programa de comunistas y anarquistas en el siglo XIX.

Utopia.

20 años antes del cisma de la Iglesia Anglina, en 1516,  Thomas More (1478-1535) escribe “Utopia”. En esta, por medio de uno de sus personajes, Moro critica a la monarquía. En lugar de gobernar sus tierras, dice, se ha dedicado en la conquista de territorios lejanos. Se ha rodeado de un entorno compuesto de aduladores, ocupados en preservar su propia fama y en destruir la ajena. Más aún, los políticos no han notado que la sociedad ha cambiado completamente. En consecuencia, siguen aplicando en forma indiscriminada, leyes injustas desarrolladas para  un contexto histórico diferente.
Una de estas leyes es la pena capital, la cual se aplica  por igual a quienes se les ha  imputado por robo  o por asesinatos. Aplicar la pena capital a actos delictivos como el robo es un exceso, además de una injusticia, señala More. Es un exceso porque robar no es un delito tan grave como para ameritar la pena capital. En todo caso, es un castigo inútil toda vez que no disuade a las personas de este tipo de acto delictivo.  Es una ley injusta porque no toma en cuenta las circunstancias particulares de cada agresor. Las personas roban por tres razones: como efecto de la  guerra; por carencia de una profesión definida; producto de la pobreza aunada con la ambición de la nobleza.
Las guerras producen, una vez que ha concluido, un sinfín de veteranos. Hombres que ya no encuentran un lugar dentro de la estructura social, particularmente aquellos que han sido gravemente lesionados. No encuentran empleo, pero deben cumplir con sus  obligaciones familiares. Por otra parte, existe  la clase ociosa de funcionarios al servicio de la nobleza. Esta clase carece de un oficio definido. Cuando se les remueve de sus cargos, y a menos que otros nobles los ocupen, no saben a qué dedicarse. Ningún hombre productivo se atreve a emplearlos, pues visto está que son holgazanes. Finalmente, la  nobleza, guiada por la avaricia, está cercando las tierras, o está  obligando a los campesinos a venderlas. Las personas expulsadas  tienen que desplazarse hacia los pueblo. Allí, pocos consiguen empleo en las fábricas, pues no hay suficientes puestos de trabajo, pero además muchos de ellos sólo saben desempeñar faenas agrícolas.
Las tierras acaparadas por la nobleza se usan para la cría intensiva de ovejas. Por ello se ha originado una gran escasez de alimentos. El que se consigue, sólo puede obtenerse  a precios elevadísimos: es así como las ovejas se están comiendo a la gente[1] o las están llevando a robar. La culpa es de quienes ponen a las personas en esta situación y no de quienes se ven empujados por las circunstancias.
Como solución a la problemática Moro propone:
·       Proporcionarle a quienes se encuentran en estas circunstancias, medios necesarios para vivir. Esto es más humano que condenarlos a la pena capital.
·       Obligar a quienes hayan destruido pueblos y granjas a reconstruirlas,  o permitirle a quien lo desee, que lo haga.
·       Frenar los negocios de  los nobles, prohibiéndoles el monopolio y hacer que se deshagan de los  funcionarios parásitos.
·       Proteger la agricultura y crear fábricas para manufacturar lana.
·       Educar suficientemente a los niños

Vemos ya aquí, frente a una situación dada, la recomendación de un conjunto de acciones. Moro se dirige al rey. El, como autoridad política, debería de emprender estas acciones o estimular a otros a emprenderlas. Indudablemente Moro habla con el lenguaje del Medioevo, imbuido de moral cristiana y buscando que se restaure la armonía del cuerpo social. Para Moro la responsabilidad de la situación es de aquellos que tienen  la función de velar por los más débiles, no de los débiles:
            porque no se conforman con las rentas y beneficios que sus antepasados solían obtener de sus posesiones, y no estando satisfechos de poder vivir ociosamente, sin ser de ningún modo  útiles  a la sociedad, antes bien perjudiciales, no dejan ninguna parcela dedicada al cultivo, sino por el contrario se reserva toda para los pastos, destruyendo casas y pueblos y si las iglesias son respetadas, seguramente es porque les valen para establos. (Id., pág. 45)

Al transgresor, dice Moro,  hay que educarlo. Ofrecerle  oportunidades. No condenarlo a la pena capital. La “Utopía”,  usando una amplia metáfora, ofrece la visión que debe guiar las acciones propuestas. Esa visión, nos parece, implica la restauración de un feudalismo germano.

Utopia se compone de 54 ciudades-estados. La capital es Amaurota. Todos las ciudades tienen la misma forma, las misma distancia y el mismo tamaño. Las casas no le pertenecen a sus habitantes, no hay propiedad privada en Utopia. Todas son iguales y sus salidas son, por un lado hacia el mar y por otro, hacia una huerta familiar Todos los habitantes deben durante dos años a la agricultura, de tal forma que pasen igual tiempo en las labores propias de la ciudad, en las labores propias del campo

Construcción y ubicación de los pueblos



Las divisiones políticas de la ciudad siguen un modelo tribal. Todos los hombres adultos tienen autoridad. Cada treinta familias eligen un filarca. Cada diez de estos, conforman una asamblea, que en conjunto con las otras asambleas eligen al príncipe. Este es sistema típico del feudalismo germano. Las asambleas se eligen anualmente.  El príncipe tiene un mandato de por vida, pero es revocable en caso de que se transforme en tirano. Las decisiones se toman en asamblea con el príncipe  Los asuntos vitales son llevados por cada filarca a las familias para consultar y luego discutir en asamblea. Este es el único lugar en donde pueden discutirse los asuntos de estado so pena de muerte.

La jornada laboral dura seis horas. La actividad principal es la agricultura, adicionalmente, se elige otra profesión que sea de necesidad para Utopia, según la vocación de cada persona. Todo el mundo viste igual Hay libertad de religión: Hay esclavitud: son personas de otros países  o criminales de Utopia. Los esclavos portan cadenas de oro. No se puede viajar de un lugar a otro de la isla libremente, se requiere de un pasaporte. Desobedecer este mandamiento puede acarrear esclavitud . Existe un estado de bienestar que ofrece atención médica, educación, comidas comunales, para todos en forma gratuita.

La agricultura es la actividad mas important en Utopia. Las casas son todas iguales, no pertenecen a sus habitantes que deben cambiar cada diez años de casas. Las puertas no tienen cerrojos. No se permite el lujo, ni el juego de azar. La jornada laboral es de seis horas. Se invita a la gente a pasar el resto del día en actividades edificantes

Las mujeres están sujetas a sus maridos, y si bien se les permite trabajar fuera del hogar, se les estimula a dedicarse a las labores domésticas. Algunas viudas pueden llegar a ser sacerdotes. No se permiten las relaciones prematrimoniales


El programa que plantea Utopia, aparece de nuevo en "Le code de la nature" de Morelly, y de alli pasa entre otros al programa comunista, del Manifiesto Comunista de Marx y Engels.





[1] “vuestras ovejas, que tan dulces suelen ser y que tan poco exigen para su alimentación, alimentación, ahora según oí decir, se muestran tan feroces y tragonas que hasta engullen hombres, y destruyen, despueblan y devoran campos, casas y ciudades” (Moro, 1999, pág. 45)

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